Nuestro marco pedagógico concibe la enseñanza como un proceso que debe originarse en los intereses de las y los niños. Desde esta perspectiva, los contenidos de aprendizaje, si bien son escogidos cuidadosamente a la luz de los objetivos de aprendizaje-desarrollo de nuestro marco curricular, no son impuestos a las y los niños de manera arbitraria, sino introducidos a través de actividades pedagógicas que se desarrollan desde un respeto fundamental por sus inquietudes y características, tanto personales como grupales.
Los contenidos de aprendizaje se seleccionan a partir de las necesidades que surgen de los proyectos que los grupos desarrollan. Las y los profesores van seleccionando aquellos saberes de las diferentes áreas del conocimiento que son necesarios para que niñas y niños comprendan en profundidad el problema que están investigando y puedan generar soluciones reales, contextualizadas, a partir de su propia realidad.
Lo anterior irá acompañado de un monitoreo permanente del proceso de aprendizaje de cada uno de los niños. Esto se hará para asegurar que todos puedan desarrollarse a su propio ritmo y de acuerdo a sus propios intereses y características personales, a través de un proceso de mediación pedagógica o “andamiaje”.
Para no restringir las enormes posibilidades de aprendizaje colaborativo entre niños de distintas edades, el programa de enseñanza no parte de cursos o niveles que separen a los/as niños simplemente por edad. Cada niño/a es asignado/a a uno de cuatro grupos, considerando además de su edad otros elementos, tales como su zona de desarrollo próximo, su historia personal y sus características psicológicas. Así, guiados por sus docentes, niños/as de distintas edades pueden interactuar y enseñarse mutuamente.
Niñas y niños se organizan en grupos etarios amplios y no a partir de niveles de enseñanza definidos en base a un programa de estudios rígido y estandarizado, uniforme para todos. La organización se hace en base a criterios pedagógicos que buscan aumentar las posibilidades de aprendizaje colaborativo entre niños y niñas de diferentes edades.
Así es como ente 3 y 5 años se agrupan los "Gatitos Guiña", entre 6 y 8 los "Monitos del Monte", entre 8 y 10 los "Pumas" y los niños y niñas entre 10 y 12 años en los "Zorros Chilla". El paso de un grupo a otro es producto de un acuerdo entre cada apoderado o apoderada y el o la educadora a cargo del grupo, considerando el desarrollo cognitivo y psico-social y las necesidades de desarrollo del niño o la niña.
A lo largo del día se suceden actividades individuales, en pequeños equipos o con todo el grupo. Hay ocasiones, también, en que participan niñas y niños de distintos grupos, especialmente cuando se desarrollan proyectos a nivel colegio.
En esta propuesta, el juego, la creatividad, el diálogo y el encuentro humano son elementos centrales. Nos interesa que las y los niños quieran aprender y se sientan felices aprendiendo: que quieran volver a la escuela cada día, sintiéndose seguras/os, acogidas/os, respetadas/os y desafiadas/os. Entendemos la actividad lúdica como contexto básico del aprendizaje de las y los niños, que potencia su inclinación natural a comprender, participar y disfrutar..
Queremos que cada día nuestros y nuestras estudiantes vuelvan al colegio con deseos de continuar participando, explorando y adquiriendo nuevos conocimientos, porque se sienten respetados y valorados en su individualidad por sus pares y adultos que los acompañan.